En esta nueva serie parto de la premisa de trabajar con el video para generar con el cuerpo nuevas posibilidades sonoras. Es ahora el cuerpo del/la performer quien maneja el tiempo del sonido, la escritura de lo musical. A partir del trabajo con la performatividad del cuerpo y sus posibilidades como agente musical crearé una serie de videos que juegan a ser partituras para una posible espectadora que las sonide. ¿Cómo puede un cuerpo generar sonido sin producirlo? ¿Qué capacidad tiene el cuerpo de ser partitura? ¿Cómo resiginifcar la acción y el movimiento en sonido?
Hasta ahora las partituras eran dibujos sobre papel (o cualquier otro material), derivaciones de la línea y el punto. Ahora el punto y la línea pasan a ser cuerpo. Al considerar el cuerpo como partitura, el tiempo de la experiencia como espectador/a está sujeto a la experiencia musical de la performer. Esa interdependencia me parece un buen lugar de trabajo porque de alguna manera relaciona ambas subjetividades.
Este es mi primera aproximación al trabajo con el video. Intuyo que este nuevo dispositivo de trabajo me permitirá acercarme a nuevas formas de relacionarnos con el sonido gracias a su propia especificidad de imágenes en movimiento, y por lo tanto sucesión de imágenes en un tiempo determinado. Me pregunto con ganas: ¿Cómo es una partitura que está en movimiento? ¿Cómo un video puede generar una experiencia sonora? ¿Qué tiempo necesita la experiencia de sonidar? ¿Las partituras/video necesitan ser editadas? ¿Qué implica el corte en el tiempo de la partitura? ¿Cómo hacer silencios en el video? ¿Cómo intensificar el sonido, cómo suavizarlo? ¿Cómo ver el sonido? ¿Cómo escuchar a través una pantalla?